Una mañana fría llegó Carlos III,
con aire insigne se quitó el sombrero,
muy lentamente bajó de su caballo,
con voz profunda le dijo a su lacayo:
Ahí está la Puerta de Alcalá.
Ahí está, ahí está,
viendo pasar el tiempo la Puerta de Alcalá.
lanceros con casaca,
monarcas de otras tierras...