Bueno, ya llevo un par de mensajes escritos y tropecientos mil leídos desde hace meses, pero todavía no me había presentado oficialmente.
Soy Bárbara; desde que tengo uso de razón he querido tener un gato, pero mis padres nunca han tenido afinidad con ellos. Entonces me hice a la idea de que cuando tuviera mi propia casa lo primero primerísimo habría un gato en ella. Hace dos años y medio mi marido y yo creamos nuestro nuevo hogar, pero mis suegros (a la par que caseros) tienen alergia a los gatos y un cierto temor a que la casa sea destrozada por un felino, así que me hice a la idea de nuevo de que cuando las ranas criaran pelo y pudiéramos comprar nuestra propia casa, entonces tendríamos un gato.
El último viernes del mes de Noviembre mi marido me dijo que nos íbamos a buscar mi regalo de cumpleaños. Sin tener ni idea de nuestro destino, subí al coche (en Zaragoza). Las horas iban pasando, y seguía sin saber a dónde íbamos. Finalmente llegamos a Granollers, donde en una casa de acogida nos dieron a una preciosa gatita de 2 meses con un lazo rojo al cuello (ahora ya tiene casi 11 meses). No hacemos más que achucharnos en grupo, el veterinario dice que qué suerte ha tenido Ayla, pero nosotros le decimos que la suerte la hemos tenido nosotros.
La reina de la casa:
¡Muchas gracias a todos por vuestros consejos diarios! Aprendo muchísimo con ellos.
Soy Bárbara; desde que tengo uso de razón he querido tener un gato, pero mis padres nunca han tenido afinidad con ellos. Entonces me hice a la idea de que cuando tuviera mi propia casa lo primero primerísimo habría un gato en ella. Hace dos años y medio mi marido y yo creamos nuestro nuevo hogar, pero mis suegros (a la par que caseros) tienen alergia a los gatos y un cierto temor a que la casa sea destrozada por un felino, así que me hice a la idea de nuevo de que cuando las ranas criaran pelo y pudiéramos comprar nuestra propia casa, entonces tendríamos un gato.
El último viernes del mes de Noviembre mi marido me dijo que nos íbamos a buscar mi regalo de cumpleaños. Sin tener ni idea de nuestro destino, subí al coche (en Zaragoza). Las horas iban pasando, y seguía sin saber a dónde íbamos. Finalmente llegamos a Granollers, donde en una casa de acogida nos dieron a una preciosa gatita de 2 meses con un lazo rojo al cuello (ahora ya tiene casi 11 meses). No hacemos más que achucharnos en grupo, el veterinario dice que qué suerte ha tenido Ayla, pero nosotros le decimos que la suerte la hemos tenido nosotros.
La reina de la casa:
¡Muchas gracias a todos por vuestros consejos diarios! Aprendo muchísimo con ellos.