Bueno, del conejo ya ni hablamos. Cuando mis primos y yo éramos pequeños veraneábamos en el pueblo de mis abuelos, en una casa en el campo. Un día encontramos un conejo despistado, lo cogimos y lo tuvimos casi todo el mes. Un buen día, nos levantamos y el conejo no estaba, nadie decía nada y al abrir la nevera....
Mi abuela se había levantado a las 7 de la mañana, antes que nadie y lo mató y lo troceó. Ese día lo recuerdo como uno de los más angustiosos de mi infancia.
Otro día, ya casada y tambien en el pueblo, estábamos mi marido y yo allí en la terracita y vinieron unos vecinos con un conejo vivo. Nos dijeron: traed un cuchillo, lo matamos y ya lo tenéis mañana para la paella. ¡Pies para qué os quiero! Salimos los dos pitando campo a través y ellos llamando porque no les pareció normal nuestra reacción. A mi me dio el pánico y se marcharon pensando que estábamos un poco p'allá.
Al final el conejo cayó y muy pocos comieron paella.
Mi abuela se había levantado a las 7 de la mañana, antes que nadie y lo mató y lo troceó. Ese día lo recuerdo como uno de los más angustiosos de mi infancia.
Otro día, ya casada y tambien en el pueblo, estábamos mi marido y yo allí en la terracita y vinieron unos vecinos con un conejo vivo. Nos dijeron: traed un cuchillo, lo matamos y ya lo tenéis mañana para la paella. ¡Pies para qué os quiero! Salimos los dos pitando campo a través y ellos llamando porque no les pareció normal nuestra reacción. A mi me dio el pánico y se marcharon pensando que estábamos un poco p'allá.
Al final el conejo cayó y muy pocos comieron paella.