Vaya berenjenal de pregunta! Esto es meterse en aguas pantanosas, porque anda que no es difícil explicar la fe de cada uno. A ver, yo he contestado que sí creo en Dios y sí apoyo a la Iglesia. Pero matizo.
Creo en Dios, eso no tiene matiz alguno, pero no creo que Dios sea la solución a todos los males, de los que la mayoría tenemos la culpa los hombres por ser como somos. Para mi Dios es una ayuda, un apoyo, y en los momentos difíciles mi fe me ayuda a seguir adelante. No creais que soy un beato, pero sí tengo una fe más o menos sólida y me apoyo en ella cuando lo necesito, intentando ser consecuente además con esa fe. Y ser consecuente no es ir a misa todos los domingos, que esa es la fe de mi abuela, es actuar de acuerdo a ciertos valores para evitar, o mejor, intentar evitar en la medida de mis (mínimas) posibilidades, esos males por los que muchos dicen no creer en Dios: porque la gente se muere, porque hay guerras... La gente se muere porque se tiene que morir, antes o después, y más o menos injustamente, eso tambieén es cierto, pero eso no es motivo para decir que Dios no existe, bajo mi punto de vista. Otro tanto de las guerras, eso es porque los hombres somos ambiciosos y egoístas...
En fin, que lo de la fe es cosa de cada cual. Respecto a la iglesia, ahí si que hay matices. Si entendeis la iglesia exclusivamente como el Papa y los cardenales del Vaticano, pues no me extraña que no la apoyeis. Pero la iglesia no es eso, la iglesia empieza con las abuelitas que van a misa a rezar el rosario, los niños que van a catequesis de comunión, los misioneros que dedican su vida a los demás, y nosotros mismos. Yo no voy a la iglesia a venerar la figura del Santo Padre, ni mucho menos. No quiero ser ordinario, pero el Santo Padre me la toca un poco. Voy a la iglesia a vivir mi fe y a compartirla con gente que también la tiene, y que me ha hecho madurar y reflexionar en aspectos muy importantes, relacionados con Dios directamente o no.
En conclusión, para terminar el ladrillo que me acaba de salir, creo en Dios y creo en la labor de la iglesia, pero de la iglesia de verdad, la que me rodea, no de los oros y terciopelos de las altas esferas, sino en los cristianos y los sacerdotes de las parroquias, que son con los que trato directamente y los que me hacen mantener mi fe en la iglesia. Es cuestión de mirarlo desde distintos puntos de vista: desde arriba o desde abajo..