Buenas...
Quería contaros la historia de un gatito feliz que de repente presenció como sus dominios se reducían a cenizas y se encontró confuso...
Ya posteé por aquí cuando en junio adoptamos a Athi de la prote de Málaga, y también hace un par de semanas cuando adoptamos a Pizarro procedente de Badajoz.
Bien, Athi tiene ahora 7 meses y medio, y Pizarro 6 meses. Athi siempre fue muy juguetón, dinámico y curioso, hasta que llegó Pizarro. Como eran más bien jovencitos, decidimos no hacer mucho caso de las pautas de presentación, y prácticamente los juntamos al segundo día de estar Pi en casa (aunque los primeros 3 ó 4 días dormían en habitaciones separadas y tenían aparte sus cacharros de comida y agua, y los areneros). Los primeros días no se hacían mucho caso. Pi iba a su aire, y Athi estaba bastante sobresaltado y sorprendido, viendo a Pi andar de un lado a otro de la casa. Pensamos que se le pasaría pronto. Empezaron a los pocos días a estar más en contacto, con pequeñas peleas, sin bufidos, pero casi sin violencia (nunca se han sacado las uñas, sólo se dan toquecitos con la planta de la patita, o revolcones y mordisquitos). Después de eso, empezaron a compartir todo el tiempo, durmiendo incluso juntos en la sala, cabecita con cabecita.
Pizarro está tan tranquilo, perfectamente adatpado a la casa. Le estamos dando su tratamiento para terminar de quitarle los honguitos que traía, y está evolucionando muy bien, está contento.
Pero Athi sí empieza a preocuparnos un poco. Parece que le tiene muchos celos a Athi, y la manera de expresarlo es perder vitalidad. Está apático. No juega, no corretea, no se sube a todas partes como antes, duerme prácticamente todo el día, y siempre que puede apartado de nosotros y de Pi. A mí me ignora por completo, vuelve la carita hacia otro lado cuando me dirijo a él para darle mimos, con Claudia sí se deja un poquito, pero también se le nota apático.
Come y bebe normalmente, hace sus kakitas bien, no se rasca... así que no tiene síntomas de estar enfermo. Sólo duerme todo el día, no se muestra sociable, y de vez en cuando corretea a Pi medio en juego medio en berrinche, y emite un sonido como un gemido continuado... como si estuviera agobiado.
Nos está haciendo "chantaje emocional" porque nos da penita verlo así, acostumbrados a que sea muy divertido y juguetón. Pensamos que es normal, porque han sido muchos cambios repentinos, un nuevo gatito en casa (que ya no debe oler como él estaba acostumbrado), ya no es el único, el rey, el príncipe consentido, aunque tratamos de darle más atención a él que al recién llegado.
Ya lleva más de una semana así, y queríamos saber si es normal y empezará a recuperarse en breve, o si debemos empezar a tomar medidas... tampoco sabemos qué hacerle para que reaccione.
¿Algún consejillo de algún hombre o mujer que "susurraba a los gatos"??? =)
Gracias y miaus a tod@s!!!
Quería contaros la historia de un gatito feliz que de repente presenció como sus dominios se reducían a cenizas y se encontró confuso...
Ya posteé por aquí cuando en junio adoptamos a Athi de la prote de Málaga, y también hace un par de semanas cuando adoptamos a Pizarro procedente de Badajoz.
Bien, Athi tiene ahora 7 meses y medio, y Pizarro 6 meses. Athi siempre fue muy juguetón, dinámico y curioso, hasta que llegó Pizarro. Como eran más bien jovencitos, decidimos no hacer mucho caso de las pautas de presentación, y prácticamente los juntamos al segundo día de estar Pi en casa (aunque los primeros 3 ó 4 días dormían en habitaciones separadas y tenían aparte sus cacharros de comida y agua, y los areneros). Los primeros días no se hacían mucho caso. Pi iba a su aire, y Athi estaba bastante sobresaltado y sorprendido, viendo a Pi andar de un lado a otro de la casa. Pensamos que se le pasaría pronto. Empezaron a los pocos días a estar más en contacto, con pequeñas peleas, sin bufidos, pero casi sin violencia (nunca se han sacado las uñas, sólo se dan toquecitos con la planta de la patita, o revolcones y mordisquitos). Después de eso, empezaron a compartir todo el tiempo, durmiendo incluso juntos en la sala, cabecita con cabecita.
Pizarro está tan tranquilo, perfectamente adatpado a la casa. Le estamos dando su tratamiento para terminar de quitarle los honguitos que traía, y está evolucionando muy bien, está contento.
Pero Athi sí empieza a preocuparnos un poco. Parece que le tiene muchos celos a Athi, y la manera de expresarlo es perder vitalidad. Está apático. No juega, no corretea, no se sube a todas partes como antes, duerme prácticamente todo el día, y siempre que puede apartado de nosotros y de Pi. A mí me ignora por completo, vuelve la carita hacia otro lado cuando me dirijo a él para darle mimos, con Claudia sí se deja un poquito, pero también se le nota apático.
Come y bebe normalmente, hace sus kakitas bien, no se rasca... así que no tiene síntomas de estar enfermo. Sólo duerme todo el día, no se muestra sociable, y de vez en cuando corretea a Pi medio en juego medio en berrinche, y emite un sonido como un gemido continuado... como si estuviera agobiado.
Nos está haciendo "chantaje emocional" porque nos da penita verlo así, acostumbrados a que sea muy divertido y juguetón. Pensamos que es normal, porque han sido muchos cambios repentinos, un nuevo gatito en casa (que ya no debe oler como él estaba acostumbrado), ya no es el único, el rey, el príncipe consentido, aunque tratamos de darle más atención a él que al recién llegado.
Ya lleva más de una semana así, y queríamos saber si es normal y empezará a recuperarse en breve, o si debemos empezar a tomar medidas... tampoco sabemos qué hacerle para que reaccione.
¿Algún consejillo de algún hombre o mujer que "susurraba a los gatos"??? =)
Gracias y miaus a tod@s!!!