¡Hola chic@s!
Antes de nada, saludaros y felicitaros por este foro dedicado con tanto cariño a nuestros queridos amigos... los animales...
He llegado aquí buscando cositas de los felinos (a los que adoro) y al ver esta sección no he podido resistir contaros mi historia.
El pasado 12 de febrero perdí a mi gatita del alma, se llamaba Popi y tenía apenas 7 añitos...
Una semana antes del fatídico día, empezó a perder peso, a respirar fatigosa y a perder el apetito (algo raro en ella porque era bastante glotona). La llevamos al veterinario de siempre y nos dio la peor noticia, Popita podía tener cáncer de mama y posiblemente metástasis en los pulmones. Incrédulos a la noticia, buscamos una segunda opinión, que mediante una radiografía, confirmaba la mala noticia.
Al día siguiente se puso muy malita, sus ojitos y sus maullidos parecían pedir descanso y remedio a su agonía, así que ante el enorme dolor de verla así y ante la impotencia de no poder hacer nada por ella tuvimos que tomar la decisión de dormirla y así fue, se quedó dormidita en cuestión de segundos mientras yo la acariciaba como tantas veces hacía cuando la tenía en mis brazos y con un te quiero Popita, te quiero... ¡se fue!
En mis 29 años, no he sentido mayor dolor que éste; a pesar de haber superado la muerte de otros dos de mis niños (Nino a los 16 y Moni a los 17 años) anteriores a ella, fue muy duro ver cómo se le iba la vida a los 7 añitos. Mi Popita (como yo la solía llamar...) fue una gata muy especial porque la encontré en la puerta de un centro comercial con apenas algunas horas de vida (aún tenía el cordón umbilical). Era tan pequeñita y tan indefensa que me la llevé a casa inmediatamente para alimentarla y darle el calorcito materno que pedía llorando y maullando como loca. No había pasado una hora y ya parecía que llevaba toda la vida en casa, era zalamera como ella sola, mi madre solía decir que le faltaba hablar jeje.
En fin chic@s... podría contaros mil anécdotas de ella pero no quiero aburriros, sólo quería compartir mi historia porque con gente como vosotros es muy fácil expresar con naturalidad el dolor ante la pérdida de lo que para muchos de nosotros son parte de nuestra familia aunque para otros sean meros y molestos compañeros de piso.
Gracias a tod@s por leer mi post. Ha sido un placer leer los vuestros y espero seguir compartiendo historias con vosotros. Hace meses (antes de que ocurriera ésto) adopté dos pequeñajos más y tengo que seguir luchando por ellos pero nunca olvidaré los grandes momentos que viví con los demás, lo que aprendo de cada uno de ellos, la satisfacción de que lo que han vivido, lo han vivido en las mejores condiciones y de que algún día volveremos a verlos (como bien decíis en otros posts...) en ese arcoiris donde nos esperan ansiosos.
Hasta pronto... y un beso enorme a tod@s!
Antes de nada, saludaros y felicitaros por este foro dedicado con tanto cariño a nuestros queridos amigos... los animales...
He llegado aquí buscando cositas de los felinos (a los que adoro) y al ver esta sección no he podido resistir contaros mi historia.
El pasado 12 de febrero perdí a mi gatita del alma, se llamaba Popi y tenía apenas 7 añitos...
Una semana antes del fatídico día, empezó a perder peso, a respirar fatigosa y a perder el apetito (algo raro en ella porque era bastante glotona). La llevamos al veterinario de siempre y nos dio la peor noticia, Popita podía tener cáncer de mama y posiblemente metástasis en los pulmones. Incrédulos a la noticia, buscamos una segunda opinión, que mediante una radiografía, confirmaba la mala noticia.
Al día siguiente se puso muy malita, sus ojitos y sus maullidos parecían pedir descanso y remedio a su agonía, así que ante el enorme dolor de verla así y ante la impotencia de no poder hacer nada por ella tuvimos que tomar la decisión de dormirla y así fue, se quedó dormidita en cuestión de segundos mientras yo la acariciaba como tantas veces hacía cuando la tenía en mis brazos y con un te quiero Popita, te quiero... ¡se fue!
En mis 29 años, no he sentido mayor dolor que éste; a pesar de haber superado la muerte de otros dos de mis niños (Nino a los 16 y Moni a los 17 años) anteriores a ella, fue muy duro ver cómo se le iba la vida a los 7 añitos. Mi Popita (como yo la solía llamar...) fue una gata muy especial porque la encontré en la puerta de un centro comercial con apenas algunas horas de vida (aún tenía el cordón umbilical). Era tan pequeñita y tan indefensa que me la llevé a casa inmediatamente para alimentarla y darle el calorcito materno que pedía llorando y maullando como loca. No había pasado una hora y ya parecía que llevaba toda la vida en casa, era zalamera como ella sola, mi madre solía decir que le faltaba hablar jeje.
En fin chic@s... podría contaros mil anécdotas de ella pero no quiero aburriros, sólo quería compartir mi historia porque con gente como vosotros es muy fácil expresar con naturalidad el dolor ante la pérdida de lo que para muchos de nosotros son parte de nuestra familia aunque para otros sean meros y molestos compañeros de piso.
Gracias a tod@s por leer mi post. Ha sido un placer leer los vuestros y espero seguir compartiendo historias con vosotros. Hace meses (antes de que ocurriera ésto) adopté dos pequeñajos más y tengo que seguir luchando por ellos pero nunca olvidaré los grandes momentos que viví con los demás, lo que aprendo de cada uno de ellos, la satisfacción de que lo que han vivido, lo han vivido en las mejores condiciones y de que algún día volveremos a verlos (como bien decíis en otros posts...) en ese arcoiris donde nos esperan ansiosos.
Hasta pronto... y un beso enorme a tod@s!