Recuerdo que viniste un día soleado... Mamá nunca quiso tener animales en casa y por eso tú viniste... lo hiciste para enseñarle qué significa amor desmedido, amor por todo a cambio de nada, amor sin condiciones.. eras la bondad hecha felino. Con tu patita rota casi del tamaño de tu cabeza, infectada, que casi llegas a perder, y tan zalamero, cariñoso y juguetón al saberte querido. Gracias a ti, aunque no para sustituirte, eso sería imposible... salvaste la vida a Neo, Pelusa, Noah, Peter, Nena... y un sinfín de anónimos que ayudamos en la protectora.. gracias a ti. Porque cada uno que se marchaba, que se iba a una casa, a un nuevo hogar, eras tú, eras tú en forma de esperanza... sin tí no habría habido nada.
No eras un ser normal... con aquel sacrificio y bondad infinita. Te sondamos, te induciamos a la orina y la caca, te hacíamos sufrir.. y nunca arañabas, la mayoría de las veces ni siquiera te quejabas. Tener un problema neurológico de esa parte de tu rabito, tan cachorro y tan dulce también nos hizo conocer la parte horrenda del ser humano, esa que tú conociste pero no quisiste ver porque era demasiada tu dulcura. "Esto tiene pinta de haber sido un tirón del rabo, por el sitio en que está". No podía ser. Mi hermana había visto que le tiraban piedras y él, Kami, Kamikace, subía una y otra vez a los sitios, demasiado altos para su edad, y caía una y otra vez quizá por su falta de sensibilidad en el rabo, tal vez por su par de meses de vida.
Te fuiste como viniste, silencioso y apacible pero lo cambiaste todo. Gracias Kami. Yo se que no eras "solo" un gato. Gracias de parte de todos a los que has salvado la vida. Por ti todo. Gracias, allí donde estés sabes que te quiero.
No eras un ser normal... con aquel sacrificio y bondad infinita. Te sondamos, te induciamos a la orina y la caca, te hacíamos sufrir.. y nunca arañabas, la mayoría de las veces ni siquiera te quejabas. Tener un problema neurológico de esa parte de tu rabito, tan cachorro y tan dulce también nos hizo conocer la parte horrenda del ser humano, esa que tú conociste pero no quisiste ver porque era demasiada tu dulcura. "Esto tiene pinta de haber sido un tirón del rabo, por el sitio en que está". No podía ser. Mi hermana había visto que le tiraban piedras y él, Kami, Kamikace, subía una y otra vez a los sitios, demasiado altos para su edad, y caía una y otra vez quizá por su falta de sensibilidad en el rabo, tal vez por su par de meses de vida.
Te fuiste como viniste, silencioso y apacible pero lo cambiaste todo. Gracias Kami. Yo se que no eras "solo" un gato. Gracias de parte de todos a los que has salvado la vida. Por ti todo. Gracias, allí donde estés sabes que te quiero.