soniasadin
Experto
Un gato pasa aproximadamente un tercio de su tiempo durmiendo, un tercio jugando y el tercio restante, alimentándose y ocupado en su aseo. Cuando el gato puede salir libremente, suele cazar pequeñas presas (ratones, pichones, pajarillos, etc.), que consume o no cuando es alimentado por el hombre. De este carácter predador, el gato doméstico conserva su instinto de cazador, incluso si no tiene acceso al exterior. Por esta razón, los objetos en movimiento atraen a los gatos, que pueden pasar largos ratos jugando con una pelota que rueda en cuanto ellos la tocan. Si el gato se alimenta exclusivamente de ratones, debe consumir diariamente entre 8 y 10 para satisfacer sus necesidades alimentarias. Esta caza no es fácil dado que no basta con ver un ratón para atraparlo.
La caza requiere mucho tiempo y los fracasos son numerosos, pero el gato cuenta con grandes ventajas para cazar y atrapar sus presas. En efecto, tiene oído fino, olfato desarrollado, bigotes que puede orientarlo, vista perspicaz, uñas aceradas, gran vivacidad de movimientos y una capacidad excepcional, la de desplazarse sin hacer ruido.
Las uñas y los dientes
Las uñas (o garras) del gato presentan varias particularidades: crecen de manera continua durante toda la vida, tienen una forma ligeramente redondeada, son retráctiles, insertadas verticalmente y aceradas.
La retractilidad de las garras del gato tiene diversas consecuencias. En primer lugar, le permiten desplazarse sin ruido, gracias a la suavidad de sus almohadillas plantares. Además, le permite proteger sus garras, verdaderas armas de caza y de combate. Por último, cuando las saca, las uñas constituyen temibles armas, cortantes y aceradas, así como una valiosa ayuda para trepar a los árboles.
La forma de las uñas permite clavarlas muy fácilmente en las presas o adversarios, como si fuesen pequeños cuchillos. Una zarpada produce por lo menos un buen arañazo sobre la piel, incluso cuando uno solamente juega con un gato.
Es posible cortar las uñas al gato pero deben tomarse algunas precauciones. Es necesario disponer de un cortaúñas adecuado, en buen estado, y mantener al gato de manera tal de no soltar la pata en el momento en que se corta la uña. Se toma entonces el extremo de la pata, se aprieta levemente la última falange entre dos dedos y se realiza el corte en el sentido de la uña (sentido inverso al de la utilización de un cortaúñas en el hombre) para no aplastarla. En la uña se distinguen claramente dos zonas, una rosada interior y otra más clara, hacia el extremo. Hay que cortar en la zona clara, dado que la rosada corresponde a la raíz de la uña y contiene vasos sanguíneos. El gato posee cuatro garras en cada pata trasera y cinco en cada pata delantera. La quinta garra está situada en el espolón (que corresponderí a al pulgar). Hay que controlar esta garra dado que si no se corta, puede crecer hasta curvarse hacia la piel y lastimar la pata. Muchos gatos suelen utilizar troncos de árboles o, a falta de árbol, una tabla vertical para limarse las uñas, no tanto para gastarlas sino para renovarlas, dado que de esta manera se elimina la capa superficial antigua de la uña, posibilitando que la uña subyacente, acerada, resulte funcional. Por otra parte, ciertos gatos tienen la particularidad de cortarse las garras solos y se llevan una pata a la boca, como si se comieran las uñas.
Los dientes representan la segunda serie de armas naturales del gato, especialmente los colmillos. Los dientes del gato están más adaptados a tomar, despedazar y desgarrar las presas que a masticar los alimentos, que suelen ser tragados enteros.
El agua.
Si bien ciertos gatos son buenos nadadores, esto suele ser raro. Esta aversión general por el agua se encuentra también en la actitud del gato con respecto a la ingestión de líquidos. Los gatos, probablemente originarios del desierto, beben poco; su orina es muy concentrada. El gato que consume una presa consume agua, dado que, se trate de un ratón o de un pájaro, el agua representa el 60 % del organismo, pero tiene poca tendencia a beber espontáneamente. De la misma manera, los gatos que consumen alimentos húmedos, en lata, tienen tendencia a beber poco o no beber, mientras que los que consumen croquetas beben al margen del consumo de alimentos. Este consumo de agua se realiza en pequeñas cantidades, entre 10 y 20 veces por día. Por lo tanto, es indispensable que los gatos dispongan permanentemente de agua limpia. La idea preconcebida que los alimentos en croquetas pueden favorecer ciertas enfermedades, particularmente renales, es absolutamente falsa. Pero es indispensable controlar que el gato beba suficiente agua para justamente permitir un buen funcionamiento de sus riñones.
Esterilización.
En Francia, por ejemplo, aproximadamente el 50 % de los gatos domésticos, hembras y machos, están esterilizados. Esta esterilizació n no plantea ningún problema en particular, excepto en lo relativo a la alimentación. En efecto, la esterilizació n tiene como consecuencia un aumento del apetito y una disminución paralela de los requerimientos energéticos, tanto en el macho como en la hembra. Por lo tanto, para evitar la obesidad se debe administrar a los gatos esterilizados ya sea una cantidad menor de alimentos o alimentos menos ricos en energía. Se puede incluso acostumbrar al gato a que consuma menos alimentos a partir de una o dos semanas antes de la fecha prevista para la esterilizació n. De esta manera, el gato se acostumbrará mejor a su nuevo estado.
Esperanza de vida.
Si bien algunos gatos alcanzan la edad récord de 30 años, la esperanza de vida de los gatos esterilizados es de 10 años, en promedio. En los gatos enteros, es de 6 años en las hembras y 5 años en los machos. Esta diferencia se explica por la tendencia a vagabundear de los gatos enteros, lo que los expone más a riesgos tales como el tráfico y las enfermedades contagiosas, infecciosas, parasitarias, etc. En efecto, cuando los gatos pueden salir de la casa, tienen tendencia a encontrarse con sus congéneres, ya sea para reproducirse o para pelearse en la conquista de territorios o en luchas de apareamiento. Estos contactos son factores favorecedores de transmisión de enfermedades y contribuyen a acortar la vida del gato. Sin embargo, el número de gatos de edad avanzada no deja de aumentar, lo que es señal de una mejor alimentación, vacunaciones cada vez más numerosas y eficaces, y mejor medicalizació n.
Fuente: enciclopedia Royal Canin
La caza requiere mucho tiempo y los fracasos son numerosos, pero el gato cuenta con grandes ventajas para cazar y atrapar sus presas. En efecto, tiene oído fino, olfato desarrollado, bigotes que puede orientarlo, vista perspicaz, uñas aceradas, gran vivacidad de movimientos y una capacidad excepcional, la de desplazarse sin hacer ruido.
Las uñas y los dientes
Las uñas (o garras) del gato presentan varias particularidades: crecen de manera continua durante toda la vida, tienen una forma ligeramente redondeada, son retráctiles, insertadas verticalmente y aceradas.
La retractilidad de las garras del gato tiene diversas consecuencias. En primer lugar, le permiten desplazarse sin ruido, gracias a la suavidad de sus almohadillas plantares. Además, le permite proteger sus garras, verdaderas armas de caza y de combate. Por último, cuando las saca, las uñas constituyen temibles armas, cortantes y aceradas, así como una valiosa ayuda para trepar a los árboles.
La forma de las uñas permite clavarlas muy fácilmente en las presas o adversarios, como si fuesen pequeños cuchillos. Una zarpada produce por lo menos un buen arañazo sobre la piel, incluso cuando uno solamente juega con un gato.
Es posible cortar las uñas al gato pero deben tomarse algunas precauciones. Es necesario disponer de un cortaúñas adecuado, en buen estado, y mantener al gato de manera tal de no soltar la pata en el momento en que se corta la uña. Se toma entonces el extremo de la pata, se aprieta levemente la última falange entre dos dedos y se realiza el corte en el sentido de la uña (sentido inverso al de la utilización de un cortaúñas en el hombre) para no aplastarla. En la uña se distinguen claramente dos zonas, una rosada interior y otra más clara, hacia el extremo. Hay que cortar en la zona clara, dado que la rosada corresponde a la raíz de la uña y contiene vasos sanguíneos. El gato posee cuatro garras en cada pata trasera y cinco en cada pata delantera. La quinta garra está situada en el espolón (que corresponderí a al pulgar). Hay que controlar esta garra dado que si no se corta, puede crecer hasta curvarse hacia la piel y lastimar la pata. Muchos gatos suelen utilizar troncos de árboles o, a falta de árbol, una tabla vertical para limarse las uñas, no tanto para gastarlas sino para renovarlas, dado que de esta manera se elimina la capa superficial antigua de la uña, posibilitando que la uña subyacente, acerada, resulte funcional. Por otra parte, ciertos gatos tienen la particularidad de cortarse las garras solos y se llevan una pata a la boca, como si se comieran las uñas.
Los dientes representan la segunda serie de armas naturales del gato, especialmente los colmillos. Los dientes del gato están más adaptados a tomar, despedazar y desgarrar las presas que a masticar los alimentos, que suelen ser tragados enteros.
El agua.
Si bien ciertos gatos son buenos nadadores, esto suele ser raro. Esta aversión general por el agua se encuentra también en la actitud del gato con respecto a la ingestión de líquidos. Los gatos, probablemente originarios del desierto, beben poco; su orina es muy concentrada. El gato que consume una presa consume agua, dado que, se trate de un ratón o de un pájaro, el agua representa el 60 % del organismo, pero tiene poca tendencia a beber espontáneamente. De la misma manera, los gatos que consumen alimentos húmedos, en lata, tienen tendencia a beber poco o no beber, mientras que los que consumen croquetas beben al margen del consumo de alimentos. Este consumo de agua se realiza en pequeñas cantidades, entre 10 y 20 veces por día. Por lo tanto, es indispensable que los gatos dispongan permanentemente de agua limpia. La idea preconcebida que los alimentos en croquetas pueden favorecer ciertas enfermedades, particularmente renales, es absolutamente falsa. Pero es indispensable controlar que el gato beba suficiente agua para justamente permitir un buen funcionamiento de sus riñones.
Esterilización.
En Francia, por ejemplo, aproximadamente el 50 % de los gatos domésticos, hembras y machos, están esterilizados. Esta esterilizació n no plantea ningún problema en particular, excepto en lo relativo a la alimentación. En efecto, la esterilizació n tiene como consecuencia un aumento del apetito y una disminución paralela de los requerimientos energéticos, tanto en el macho como en la hembra. Por lo tanto, para evitar la obesidad se debe administrar a los gatos esterilizados ya sea una cantidad menor de alimentos o alimentos menos ricos en energía. Se puede incluso acostumbrar al gato a que consuma menos alimentos a partir de una o dos semanas antes de la fecha prevista para la esterilizació n. De esta manera, el gato se acostumbrará mejor a su nuevo estado.
Esperanza de vida.
Si bien algunos gatos alcanzan la edad récord de 30 años, la esperanza de vida de los gatos esterilizados es de 10 años, en promedio. En los gatos enteros, es de 6 años en las hembras y 5 años en los machos. Esta diferencia se explica por la tendencia a vagabundear de los gatos enteros, lo que los expone más a riesgos tales como el tráfico y las enfermedades contagiosas, infecciosas, parasitarias, etc. En efecto, cuando los gatos pueden salir de la casa, tienen tendencia a encontrarse con sus congéneres, ya sea para reproducirse o para pelearse en la conquista de territorios o en luchas de apareamiento. Estos contactos son factores favorecedores de transmisión de enfermedades y contribuyen a acortar la vida del gato. Sin embargo, el número de gatos de edad avanzada no deja de aumentar, lo que es señal de una mejor alimentación, vacunaciones cada vez más numerosas y eficaces, y mejor medicalizació n.
Fuente: enciclopedia Royal Canin