Te voy a contar mi experiencia por si te puede servir algo (aunque la reacción de mis gatos fue muy distinta). Tengo a Byakko desde el 2 de octubre. Tenía unos 2 meses. El 5 de enero me traje a Suzaku que tenía unos 4 años. Al principio deje a Suzaku en una habitación donde la proporcioné todo lo que necesitaba. Mi intención era hacer eso de presentarlos poco a poco, pero la realidad fue muy distinta. Es importante indicar que Suzaku venía de una protectora donde llevaba más de 1 mes conviviendo con varios gatos, así que era previsible que ella no mostrara problemas de agresividad.
Una cosa que me recomendaron es que las primeras veces que estén juntos hagas algo que les atraiga mucho a los dos. Por ejemplo echarles algo de comer que les guste mucho y ponerles los cuencos uno al lado del otro. De esta forma asociarán la comida rica con comer junto a su compañero, y como estarán muy interesados en comersela, no iniciarán un ataque.
Desde que llevé la gata a casa Byakko me olía muchísimo las manos (olían a ella), y se interesó bastante por la puerta del despacho donde la tenía encerrada. Esa misma tarde mi padre abrió la puerta, y él gato se coló dentro. Mi padre tiene problemas de memoria y no sirve de nada que le digas que la puerta debe estar cerrada, así que supongo que era de esperar.
La gata se había metido en un cajón de esos que tienen algunos rascadores. Y decidí ver como reaccionaba el gato, o por lo menos me pareció más prudente que intentar capturarlo y echarle de la habitación. Primero se puso a oler todos los sitios donde había estado la gata, y después se aproximó muy despacio a ella, y cuando llegó cerca (unos 15 cm) la bufó y salió corriendo. Se subió a mi hombro y vigiló desde allí. Después de ver que no había reacción volvió a hacer lo mismo. Después de 3-4 veces se acercaba pero no bufaba (es que ella empezó a mirarle mientras se acercaba y le daba miedo provocarla). Después de un rato eligió salir de la habitación.
Al día siguiente volvió a pasar algo parecido (mi padre abrió la habitación), pero la gata había salido de la caja para comer, y Byakko entró, pero ella salió. La gata empezó a investigar la casa. Dió 3 vueltas completas, cada una más detallada que la anterior. El gato empezó a seguirla (y yo a los dos para poder vigilar lo que pasaba). El cuerpo del gato indicaba curiosidad y miedo. Al final la gata volvió a su habitación. Decidí dejar la puerta abierta, porque de todas formas la iban a abrir, y porque estaba claro que no había peligro. Posteriormente enseñé las fotos que hice a una persona experta y estuvo de acuerdo con mi decisión, porque mi gato efectivamente expresaba curiosidad con su cuerpo. De hecho Byakko se "mudó" a la habitación de la gata. Pasaba mucho tiempo allí y usaba la caja de la gata sin que ninguno de los dos se molestara. La gata al principio salía poco de su habitación, aunque a los 3 días se mudó a otro cuarto (bueno empezó a hacer vida entre los dos cuartos).
Lo que sí es cierto es que dedicaban mucho tiempo a oler la arena después de que el otro la usara. Y ninguno de los dos usaba la otra caja (hasta que la traladé a la misma habitación).
Aún así durante dos noches Byakko se vino a dormir conmigo, incluso metiéndose dentro de la cama durante unos minutos, y sin intentar cazar mis pies. Eso normalmente solo lo hace cuando algo le tiene intranquilo (normalmente un extraño en la casa).
Por cierto
cuando el nuevo gato empiece a pasear por el resto de la casa mantén sus cosas en su habitación hasta que veas que está empezando a hacer su vida en otros sitios, y que se siente
a gusto en la casa. Lo normal es que al principio tenga esa habitación como su referente, y que acuda allí cuando esté estresado.
Posteriormente, al perder el miedo, el gato empezó a acosar a la gata. No terminaba de hacerle gracia su presencia en la casa. La acechaba, y la amenazaba. Como ella es más grande y más experimentada, normalmente con solo mirarle le hacía huir sin llegar a poder iniciar su amenaza. Ahora se pelean bastante (aunque cada vez menos). Sin embargo, no sacan las uñas, ni se clavan los dientes (se han llegado a pelear a 5 cm de mi cara así que lo he visto muy bien). Tampoco suelen hacer ruido. Se han hecho algunas heridas, pero son completamente superficiales, y se curan enseguida. De hecho los arañazos que Byakko me ha hecho a mí jugando han tardado más en curarse. Normalmente les he dejado pelear.
Si veía subir el tono de la pelea les bufaba, y los dos salían corriendo cada uno por su lado (asustados por cierto y mirándome con una cara de sorpresa mayúscula). Lo del bufido me funcionaba, lo de decir NO no, aunque es posible a otros les funcione.
El motivo de las agresiones no ha sido la casa. Sorprendentemente a Byakko no le importa compartir la comida, la arena, el agua o el sofá. Les he visto meter la cabeza sin problemas en el mismo cuenco desde el segundo día. No les dejo porque comen comida distinta (uno es gatito y el otro adulto), pero nunca se han peleado por eso. Les he visto juntarse para hacer de todo, les he visto quitarse los juguetes sin ningún problema, y todo eso desde el principio.
El problema resulta que soy yo. Cada vez que Suzaku se me acercaba, o se metía en mi habitación, venía el gato a echarla y/o castigarla. He estado varias semanas con la casa llena de pelo y sin poder cepillar a la gata, porque eso provocaba una agresión. Ese es el principal motivo por el que no he intervenido en las peleas. Me dió la impresión de que sería echar leña al fuego, y que en cuanto me fuera podían volver a empezar, y yo me paso la mayor parte del día fuera de casa.
Lo que sí he hecho es distraer a Byakko cuando le veía empezar a ponerse agresivo, de esta forma he conseguido que no estallara la pelea en algunas ocasiones.
Afortunadamente
hace dos días que no les veo pelearse. Parece que ya se van adaptando. Esta tarde he estado cepillándola y no ha habido reacción negativa. Desde el fin de semana hemos estado los tres varias veces en el mismo sofá sin peleas. Creo que ya estamos saliendo de esa fase.
Sorprendentemente parece que soy la única persona que les ve pelear. Como yo soy la causa, resulta que cuando no estoy no lo hacen, y me comentan que están mucho tiempo juntos. De hecho por lo que me dicen su comportamiento cuando estoy en casa no tiene nada que ver con el que tienen cuando no estoy.
En todo caso
cada gato en un mundo y sobre todo tienes que analizar las reacciones de los dos que están en tu casa. Lo normal es que antes o después se peleen. Mientras no lo hagan en serio: aullidos, uñas, dientes... antes o después se les pasara, no debes dejarles sueltos mientras no estes segura de que no van a hacerse daño. Sé que no es un consuelo, pero la semana pasada estaba más que harta de mi gatito provocador, y pensando si no iban a acabar nunca la lucha, y esta semana parece que se les ha acabado la cuerda de repente. Y se les nota que les gusta estar juntos, así que
el esfuerzo vale la pena.
Que tengas suerte. :mrgreen: