Si se puede escribir todo lo que se quiera escribir, yo quiero homenajear en vida (larga y feliz, espero) a un gran gato: Minou.
El señor que me lo cedió me dijo que tenía un año aproximadamente y que era muy bueno. Naturalmente, no estaba vacunado ni capado, porque estos señores mayores dejan que la naturaleza siga su curso... que no digo yo que sea mala idea, pero soy partidaria de corregir a la dichosa naturaleza. Lo cierto es que era muy bueno.
No estaba yo muy interesada en involucrarme con un animal (por temor al daño que me hará su muerte) y lo llevé a regañadientes a las vacunas. Es decir, si un animal vive conmigo va a vivir con todas las garantías, no por mí, sino por él. Los chicos que viven conmigo se limitan a quererlo y mimarlo mucho, lo cual es cojonudo, pero no me parece suficiente: hay que llevarlo al veterinario y sacarle su cartillita de saludable para que si algún día faltas tú algún otro paleto se ocupe de él.
Minou es tan bueno y tan señor que, como ya he contado aquí, a los pichones que caen en el patio los toca con la patita en plan "¿quieres jugar?" Cuando cayó la gatita utilizó la misma táctica, y ahora son padre e hija adoptivos, y no será porque ella no opuso resistencia, jaja!
Bueno, yo sólo tuve otro gato, Napo, un bellísimo siamés más malo que la peste pero mimado hasta el último día, mi gato, el gato deseado (aunque realmente Napo decidió ser el gato de mi madre, lógicamente, porque ella siempre estaba en casa y yo más bien no) Y ahora Minou se ha ligado a una gata raposona que va a ser tratada exactamente igual que Minou.
Pero Minou es un fuera de serie. Cuando comemos se sitúa junto a la mesa y toca con la patita, su especialidad "oye, estoy aquí, sabes?" Si le das algo, bien y si no también. Ya os digo, es un gato educadísimo. No como el Napo, que se montaba en la mesa a olisquear y si le gustaba tu plato tenías que irte a comer a otra parte ¿Y qué decir de la Beltza, que prácticamente te saca la comida de la boca? ¡Vaya modales! :grin:
Además, Minou se desvive por las visitas: es el primero que se planta en la puerta cuando suena el timbre, se sienta cuando alguien abre y díficil es que no le caiga una caricia de cualquier desconocido (¡lo que es ser guapo!) Le encantan las personas también.
Nosotros decimos que Minou es muy perro (porque me sigue, porque se acerca a cualquiera en busca de caricias) y muy persona (por la educación exquisita en la mesa)
El hecho de que me quisiera asesinar cuando el celo se manifestó potente no se lo tengo en cuenta. Será como cuando las mujeres tenemos problemas hormonales, que dicen que no hay quien nos aguante(???) Haberlo capao antes.
Ya sé que me he extendido mucho, y sólo para presumir de gato común muy poco común ;-)
El señor que me lo cedió me dijo que tenía un año aproximadamente y que era muy bueno. Naturalmente, no estaba vacunado ni capado, porque estos señores mayores dejan que la naturaleza siga su curso... que no digo yo que sea mala idea, pero soy partidaria de corregir a la dichosa naturaleza. Lo cierto es que era muy bueno.
No estaba yo muy interesada en involucrarme con un animal (por temor al daño que me hará su muerte) y lo llevé a regañadientes a las vacunas. Es decir, si un animal vive conmigo va a vivir con todas las garantías, no por mí, sino por él. Los chicos que viven conmigo se limitan a quererlo y mimarlo mucho, lo cual es cojonudo, pero no me parece suficiente: hay que llevarlo al veterinario y sacarle su cartillita de saludable para que si algún día faltas tú algún otro paleto se ocupe de él.
Minou es tan bueno y tan señor que, como ya he contado aquí, a los pichones que caen en el patio los toca con la patita en plan "¿quieres jugar?" Cuando cayó la gatita utilizó la misma táctica, y ahora son padre e hija adoptivos, y no será porque ella no opuso resistencia, jaja!
Bueno, yo sólo tuve otro gato, Napo, un bellísimo siamés más malo que la peste pero mimado hasta el último día, mi gato, el gato deseado (aunque realmente Napo decidió ser el gato de mi madre, lógicamente, porque ella siempre estaba en casa y yo más bien no) Y ahora Minou se ha ligado a una gata raposona que va a ser tratada exactamente igual que Minou.
Pero Minou es un fuera de serie. Cuando comemos se sitúa junto a la mesa y toca con la patita, su especialidad "oye, estoy aquí, sabes?" Si le das algo, bien y si no también. Ya os digo, es un gato educadísimo. No como el Napo, que se montaba en la mesa a olisquear y si le gustaba tu plato tenías que irte a comer a otra parte ¿Y qué decir de la Beltza, que prácticamente te saca la comida de la boca? ¡Vaya modales! :grin:
Además, Minou se desvive por las visitas: es el primero que se planta en la puerta cuando suena el timbre, se sienta cuando alguien abre y díficil es que no le caiga una caricia de cualquier desconocido (¡lo que es ser guapo!) Le encantan las personas también.
Nosotros decimos que Minou es muy perro (porque me sigue, porque se acerca a cualquiera en busca de caricias) y muy persona (por la educación exquisita en la mesa)
El hecho de que me quisiera asesinar cuando el celo se manifestó potente no se lo tengo en cuenta. Será como cuando las mujeres tenemos problemas hormonales, que dicen que no hay quien nos aguante(???) Haberlo capao antes.
Ya sé que me he extendido mucho, y sólo para presumir de gato común muy poco común ;-)
