Se fue en Febrero, pero aún no he podido superar su pérdida del todo, gracias a el conocí este foro y a mucha gente maravillosa que veo que sigue por aquí despues de tanto tiempo.
Era un gatito que estaba condenado, pero intenté hacerle su existencia lo más agradable posible, le quise tanto que aparte otras prioridades de mi vida para dedicarle todo mi tiempo a el. Dormía conmigo, estaba siempre con él pendiente de darle sus biberones de que no se hiciese daño en el culito que tenía siempre mal, de que siempre tuviese calor y a pesar de que no podía ver que no echase de menos el cariño.
Se me fue en los brazos, despues de una semana en la que ya se le notaba que no tenía fuerzas para seguir viviendo, pero no me di por vencida.
Como era tan pequeñito, nunca llego a crecer por un problema hormonal y se quedo como si tuviese un mesecito y como por ley ya no se pueden tener las cenizas de los animales contigo lo enterré en una de las macetas de mi casa porque no soportaba la idea de tenerlo lejos de mi y aunque lo tengo ahí me dejó un vacio terrible tan grande, tan enorme, tan profundo... se fue un cacho de mi cuando se marchó, y aunque se que está bien y que ya no le duele nada y que está feliz no puedo evitar seguir echándole de menos, porque taba muy unida a él.
Le hice una promesa y la cumplí, hoy soy auxiliar de veterinaria a esperas de mi título. Tengo 8 gatos más que me dan alegrías una perra que es un cielo y un perrito pequeño que adopte hace algunas semanas que me lo trajron abandonado a la clínica en la que estaba de prácticas que me ha aliviado un poco esa pena que tengo.
Pero no puedo evitar pensar que hace poco hubiese cumplido un añito y veo a su hermanita y...bueno ya sabeis lo que se siente.
Lo echo mucho de menos y espero que el día que me tenga que ir yo de este mundo venga a buscarne y me lleve a donde esté con otros animalitos que se me han ido.
Desde aquí decirle que le quiero mucho, que lo llevo siempre conmigo y que me ha dado tantas cosas buenas que nunca le estaré lo suficientemente agradecida.
Era mi peke, mi niño, mi luz y sé que dese allá donde esté lo sigue siendo...
Era un gatito que estaba condenado, pero intenté hacerle su existencia lo más agradable posible, le quise tanto que aparte otras prioridades de mi vida para dedicarle todo mi tiempo a el. Dormía conmigo, estaba siempre con él pendiente de darle sus biberones de que no se hiciese daño en el culito que tenía siempre mal, de que siempre tuviese calor y a pesar de que no podía ver que no echase de menos el cariño.
Se me fue en los brazos, despues de una semana en la que ya se le notaba que no tenía fuerzas para seguir viviendo, pero no me di por vencida.
Como era tan pequeñito, nunca llego a crecer por un problema hormonal y se quedo como si tuviese un mesecito y como por ley ya no se pueden tener las cenizas de los animales contigo lo enterré en una de las macetas de mi casa porque no soportaba la idea de tenerlo lejos de mi y aunque lo tengo ahí me dejó un vacio terrible tan grande, tan enorme, tan profundo... se fue un cacho de mi cuando se marchó, y aunque se que está bien y que ya no le duele nada y que está feliz no puedo evitar seguir echándole de menos, porque taba muy unida a él.
Le hice una promesa y la cumplí, hoy soy auxiliar de veterinaria a esperas de mi título. Tengo 8 gatos más que me dan alegrías una perra que es un cielo y un perrito pequeño que adopte hace algunas semanas que me lo trajron abandonado a la clínica en la que estaba de prácticas que me ha aliviado un poco esa pena que tengo.
Pero no puedo evitar pensar que hace poco hubiese cumplido un añito y veo a su hermanita y...bueno ya sabeis lo que se siente.
Lo echo mucho de menos y espero que el día que me tenga que ir yo de este mundo venga a buscarne y me lleve a donde esté con otros animalitos que se me han ido.
Desde aquí decirle que le quiero mucho, que lo llevo siempre conmigo y que me ha dado tantas cosas buenas que nunca le estaré lo suficientemente agradecida.
Era mi peke, mi niño, mi luz y sé que dese allá donde esté lo sigue siendo...