No quiero aguas benditas,
ni flores encharcadas.
No quiero un sol en el ocaso
ni un corazón herido.
No conseguirás avergonzarme.
Tienes mis puertas cerradas,
y la llave... ¿la llave?
la tiré al mar, junto al ayer.
No hay sorpresas para ti;
no sientas dolor ni pena
por haber separado
tu tiempo del mío.
La luna yace en su cuna;
por fin el bosque florece.
Se oye el dulce cantar
de la ave maestra.
Anuncia la llegada,
de un nuevo día;
anuncia el adiós
de un sueño que nunca llegó.
ni flores encharcadas.
No quiero un sol en el ocaso
ni un corazón herido.
No conseguirás avergonzarme.
Tienes mis puertas cerradas,
y la llave... ¿la llave?
la tiré al mar, junto al ayer.
No hay sorpresas para ti;
no sientas dolor ni pena
por haber separado
tu tiempo del mío.
La luna yace en su cuna;
por fin el bosque florece.
Se oye el dulce cantar
de la ave maestra.
Anuncia la llegada,
de un nuevo día;
anuncia el adiós
de un sueño que nunca llegó.