Hola.
Resulta que no sé si tengo gastroenteritis o qué, pero el caso es que ayer tuve náuseas y pasó lo que tenía que pasar... Cené, pero como si no lo hubiese hecho... Lo eché todo...
Hoy, ahora mismo tengo sueño. Ya he desayunado y de momento no tengo náuseas. Jugar con esto es jugar con fuego. Hagas lo que hagas siempre te acaba dando una patada por la espalda.
Ayer por la tarde, que yo estaba en la cama porque tenía pensado irme a dormir, llamé a mi madre. Sólo la llamé para lo de siempre, para que nos diéramos las buenas noches, pero acabé llorando. Mi madre me insistió en que le dijera lo que me pasaba, y yo le dije que no le diría nada, que no tenía nada que ver con ella, que no era nada... Al final creo que me dormí una hora, después de la cual bajé a la cocina y me comí un sandwich, y unos cuantos trozos de melocotón en almíbar. Me dolía mucho el estómago.
Con mi madre, todo volvió a la normalidad, pero seguí sin decirle nada; de hecho, no se lo voy a decir porque no sé ni siquiera yo lo que me pasa.
Luego, a las tres y media tengo que ir al médico de cabecera para, en teoría, el resfriado, algo que después de lo de ayer, ha pasado al segundo plano.
Sé lo que tengo que hacer, pero no es tan fácil.
Resulta que no sé si tengo gastroenteritis o qué, pero el caso es que ayer tuve náuseas y pasó lo que tenía que pasar... Cené, pero como si no lo hubiese hecho... Lo eché todo...
Hoy, ahora mismo tengo sueño. Ya he desayunado y de momento no tengo náuseas. Jugar con esto es jugar con fuego. Hagas lo que hagas siempre te acaba dando una patada por la espalda.
Ayer por la tarde, que yo estaba en la cama porque tenía pensado irme a dormir, llamé a mi madre. Sólo la llamé para lo de siempre, para que nos diéramos las buenas noches, pero acabé llorando. Mi madre me insistió en que le dijera lo que me pasaba, y yo le dije que no le diría nada, que no tenía nada que ver con ella, que no era nada... Al final creo que me dormí una hora, después de la cual bajé a la cocina y me comí un sandwich, y unos cuantos trozos de melocotón en almíbar. Me dolía mucho el estómago.
Con mi madre, todo volvió a la normalidad, pero seguí sin decirle nada; de hecho, no se lo voy a decir porque no sé ni siquiera yo lo que me pasa.
Luego, a las tres y media tengo que ir al médico de cabecera para, en teoría, el resfriado, algo que después de lo de ayer, ha pasado al segundo plano.
Sé lo que tengo que hacer, pero no es tan fácil.