Hola a tod@s:
Os cuento mi experiencia por si os sirve de algo. A Sofi le encanta ir a la puerta a recibir a las visitas. Es oir el telefonillo o el timbre y, oye, que parece un perro, maúlla, se pone a dar vueltas, le hace la ficha olfativa a todo el que entra... En fin, que ya en la otra casa en la que viví, cuando abría la puerta se salía al descansillo y mi chico la regañaba, pero yo empecé a dejarla que saliera para ver qué hacía. Y nada, se iba al felpudo del vecino y se afilaba las uñas(teniendo yo uno bien hermoso!), se acercaba hasta el ascensor y después ya se volvía a casa. Así que, cuando venía alguien o se marchaba, abría la puerta, ella salía, yo me despedía y acompañábamos a las visitas hasta el ascensor. Está claro que no en todas las casas tienes esta libertad y como comentáis, se bajan 4 pisos y te toca bajar a buscarlos pero, no sé, quizá el hecho de "dejarles salir" a que cotilleen, estando siempre atentos claro, puede hacer que en cuanto vean la puerta abierta no salgan como locos no? A lo mejor lo ven como algo normal, salen, cotillean un poco y entran otra vez. A lo mejor estoy diciendo una tontería, pero oye, si os sirve de algo pues genial.
Bsts!