Los míos sí que se dejan. Pero yo no se las suelo cortar. Eso sí, cuando quiero hacerlo no tengo demasiado problema.
Lo primero es tranquilizarse. Convencerse de que no importa tanto. Cuanto más tensos esteis y más importancia le deis al asunto, más nervioso se va a poner el gato y se volverá más imposible. Así que hay que comenzar por modificar vuestro estado de ánimo.
Lo mejor es que os convenzais de que no tiene importancia, que si se consigue está bien y si no también. Eso hará que podais estar más relajados, y eso ayudará mucho a conseguir que el gato se deje.
El segundo punto es mucha paciencia y darle tiempo. Es posible que tardeis semanas o incluso meses. Toma´rselo con mucha calma es fundamental.
Por lo que decis el gato deja que le cojais, pero no le gusta que le toquen las patas. ¿Hay otra parte del cuerpo que no deje que le toqueis?. ¿Es posible que le pase algo en las patas y le duela? ¿tiene bien las almohadillas?
Suponiendo que las patas estén bien, lo primero es acostumbrarle a que le toquen las patas.
Olvidaos de las tijeras. Lo primero es sentaros cerca de él, y acariciarle. Dejar que la caricia toque la pata alguna vez. Cuando se intranquilice o se revuelva dejar la pata. Ir bajando lentamente, pero no concentrarse en la pata. El asunto es intentar que el hecho de tocarle la pata pase a ser algo normal. Si le dais algo que le guste mientras practicais el ejercicio mejor.
Fundamental siempre que se intenté educar al gato es no darle premios de ningún tipo en otro momento. Trocitos de pavo, de jamón, pellizquitos de lata... lo que sea solo mientras se practica el ejercicio.
Poco a poco intentar tocarle la manita. Acariciarle la almohadilla, ir sacándole las uñas... pero esto hay que ir haciendolo según como evolucione su comportamiento. Es un proceso lento, que puede durar semanas. Ir avanzando de forma que le vaya resultando natural. Si un día se deja es casi seguro que a siguiente no, y luego otra vez sí... no hay que alterarse, ni gritar, ni ponerse nervioso.
Casi todos los gatos se dejan tocar poco a poco. Pero hay que avanzar con mucha paciencia, y siempre observándole para retroceder en cuanto se pone nervioso.
Luego ir poniendo las tijeras cerca de su pata, pero en la mesa, o el sofá, o donde estemos. Que se acostumbre a verla, que la huela, que no sea un objeto raro.
Cuando la cosa mejore, tocarle con las tijeras en la mano. Tocarle con ellas, pero sin coger la uña ni intentar cortar. Cuando parezca que está relajado con la situación empezar a cortar. Primero sesiones de una uña seguidas de premio.
Pro cierto, casi todos los gatos se revuelven e intentan irse. No suelen quedarse quietos. Así que hay que sujetarles, pero con suavidad. Si ejercemos mucha presión les asustaremos y provocaremos una reacción agresiva y de huida.
Espero que podais avanzar. Aunque no todos los gatos se dejan.