Hola!!!
Qué bonitos son (palmas) , aun siendo gatos adultos siguen teniendo ese encanto y esa dulzura de cuando eran cachorros.
Lo del periodo de adaptación es, como dice todo el mundo, paciencia y tiempo. En mi caso, el periodo de adaptación cuando llegó a casa Kira fue largo y difícil, más que nada porque Kenia ya tenía 7 años, había estado sola y había sido criada por mi desde sus 10 días, con lo que no había recibido la educación que dan las gatas-madre o sus hermanos. A esto hay que añadirle que Kira era muy activa y juguetona, y muy insistente en acercarse a Kenia a pesar de sus avisos. Fueron unos 3 meses de adaptación hasta que, un buen día, Kenia dejó de bufarle, aunque Kira nunca ha dejado de irle detrás, jejejeje.
Ahora la adaptación de Nora está siendo diferente. Kira ha aceptado perfectamente a Nora desde el principio (salvo un pequeño suceso de la semana pasada en la que sólo resultó herido sin gravedad alguna mi brazo, ejejejeje). Kenia sigue en su línea, pero esta vez no he intentado “forzar” su aproximación, sino que decidí dejar a Nora suelta por el piso, y que fuera Kenia quien se la vaya encontrando y la vaya aceptando poco a poco. Además Nora es algo más precavida que Kira en su momento, cuando Kenia la bufa ella sabe captar el mensaje y la deja tranquila, jejejejeje. Poco a poco Kenia va saliendo más, se entretiene viendo jugar a las dos trastos de hermanas que tiene, y mientras no haya un movimiento inesperado y cercano, ni la bufa. Cuando están en la misma habitación, lo que sí que hago es acercar a Nora a Kenia, dejando que Kenia pueda olerle el culete, que es una zona a través de la cual ellas segregan hormonas, para que vaya asimilando, de tal forma que si se asustara Kenia no le haría tampoco daño en la cara u ojos puesto que está girada.
A ver si en mis vacaciones hago un intensivo y que vayan comiendo una junto a la otra, es una pauta muy recomendable para la adaptación.
Un saludote y suerte con Marena, es preciosa!
Jessica