Noa fué mi primera gata y era especial, a mi los gatos nunca me habían llamado la atención y sacamos a Noa de la protectora simplemente para que mantuviese a raya a los topillos del jardin, ni siquiera pensabamos dejarla entrar en casa. Pero ya desde que mis dos hijos la elijieron entre todos los otros gatos que estaban en la jaula vimos que era super cariñosa y que pedia mimos a cientos.
Cuando la llevamos a casa y vimos lo docil que era, lo amorosa y como ronroneaba yo ya dije que esa gata no pasaba la noche fuera de casa. Mi marido pasaba de ella olimpicamente pero ella cabezona se propuso que la cojiese cariño y en cuanto se tumbaba en el sofá a echar la siesta, alli se plantaba ella y se hacia un rosco encima de su tripa, al principio mi marido protestaba pero no la echaba y al final la aceptaba encantado. Era como si ella le dijese "no querias gato, pues toma taza y media", eso a mis hijos y a mi nos tenía fascinados, como se queria ganar el cariño de mi marido a toda costa, porque de nosotros tres, ya lo tenía desde que entro en casa. Solo una semana nos duró, en la que la tratamos a todo mimo, le compramos un buen pienso, su camita, un collar, un cepillo, y un montón de juguetes para que se divirtiese porque segun nos dijeron en la protectora era jovencilla. Estuvo toda la semana muy bien, pero el sabado empezo a vomitar, con muchas lombrices, mi marido fué rápidamente al veterinario y le dió una especie de jarabe, pero ella no paraba de vomitar y el domingo sin darnos siquiera tiempo a llevarla de urgencias al veterinario, se me quedó dormida en los brazos.
Jamas hubiera podido imaginar que en tan poco tiempo pudiese coger tanto cariño a un animal. Han pasado ya unos cuantos meses de aquello pero os escribo esto y lloro recordándola. Le doy las gracias por ser como era y porque gracias a ella no tardé ni dos días en conseguir otro gato, porque me encantó tener un gato. Ahora veo a Kira junto a mi tan feliz y cariñosa que todos estamos encantados con ella, aunque está no ha hecho migas con mi marido y siempre huye de él y aunque intenta que le coja confianza el pobre no lo consigue.
Gracias mi niña, mi primera gatina, nunca te olvidaré
Cuando la llevamos a casa y vimos lo docil que era, lo amorosa y como ronroneaba yo ya dije que esa gata no pasaba la noche fuera de casa. Mi marido pasaba de ella olimpicamente pero ella cabezona se propuso que la cojiese cariño y en cuanto se tumbaba en el sofá a echar la siesta, alli se plantaba ella y se hacia un rosco encima de su tripa, al principio mi marido protestaba pero no la echaba y al final la aceptaba encantado. Era como si ella le dijese "no querias gato, pues toma taza y media", eso a mis hijos y a mi nos tenía fascinados, como se queria ganar el cariño de mi marido a toda costa, porque de nosotros tres, ya lo tenía desde que entro en casa. Solo una semana nos duró, en la que la tratamos a todo mimo, le compramos un buen pienso, su camita, un collar, un cepillo, y un montón de juguetes para que se divirtiese porque segun nos dijeron en la protectora era jovencilla. Estuvo toda la semana muy bien, pero el sabado empezo a vomitar, con muchas lombrices, mi marido fué rápidamente al veterinario y le dió una especie de jarabe, pero ella no paraba de vomitar y el domingo sin darnos siquiera tiempo a llevarla de urgencias al veterinario, se me quedó dormida en los brazos.
Jamas hubiera podido imaginar que en tan poco tiempo pudiese coger tanto cariño a un animal. Han pasado ya unos cuantos meses de aquello pero os escribo esto y lloro recordándola. Le doy las gracias por ser como era y porque gracias a ella no tardé ni dos días en conseguir otro gato, porque me encantó tener un gato. Ahora veo a Kira junto a mi tan feliz y cariñosa que todos estamos encantados con ella, aunque está no ha hecho migas con mi marido y siempre huye de él y aunque intenta que le coja confianza el pobre no lo consigue.
Gracias mi niña, mi primera gatina, nunca te olvidaré