Mi chiquitín precioso, nos has dado el año y medio más cariñoso y mimoso que hayamos tenido nunca. Es inevitable salir al jardín y no esperar a que aparezcas corriendo y maullando hacia mí y que ya no te restriegues contra mi pantalón.
Espero que estés contento donde estés y que no sufras como sufriste estos últimos días de esa maldita enfermedad. Te echo de menos.
(bye)