Hola a todos
Hace ya unos cuantos días que estoy por los foros, pero ando en la parra y no me había ni presentado. (mala) Muy muy mal por mi parte.
Me llamo Alexandra, soy de Barcelona, acabo de cumplir 30 años (y tengo que decir que lo llevo fatal).
Tengo una gata adoptada desde mediados de Noviembre. Aunque no es para nada mi primera gata.
Desde siempre quise un gato, pero mi madre era de esas que dicen que "son más de perro". Pero yo insistiendo insistiendo sobre los 8 años logré una gata recogida de un descampado. Con ayuda de mi canguro y su familia mas o menos se la colamos a mi madre en casa. Para cuando le preguntamos, la gata ya estaba casi dentro de la casa, no se que habría pasado si mi madre hubiese dicho que no... Era Daisy, nuestra primera gata y con la que, desde luego, cometimos muchos errores por no tener ni idea de lo que hacíamos. Daisy era una gata afelpudada, mimosona, vaga y gooorda (8kg de gato). Una ceporrona. En broma a veces pienso que engordó simplemente para tener más barriga que rascarle. :mrgreen: La quería con locura y sin ella en mi vida yo no sería yo.
Daisy no estaba sola, a lo largo de los años llegaron Bast y Mini, la hija de Bast. Pero ella siempre fué la ama de la casa.
Por cosas de la vida con 22 años salí de mi casa y mi madre se fué a vivir en medio del monte. Querría haberme llevado a mis 2 gatas (la 3a era más de mi madre), pero no era posible. Y así, dejé de tener gatos. Siempre eche en falta tener uno, pensé que tal vez me acosumbraría a no tener, pero nunca ocurrió. Cada año que pasaba era peor, me faltaba algo y cada vez lo notaba más. Pero compartiendo pisos era imposible. Había que ponerse de acuerdo con otras 2 personas (4 pisos y 8 compañeros de piso en 8 años...). Hasta que en Agosto encontramos un piso mas grande y mucho más barato que sólo comparto con otra chica, con la que ya he estado en dos de los otros pisos y que también quería gato. Una vez mudadas ya estaba decidio que en cuanto apareciese un gato en el sitio y lugar adecuando se vendría a casa.
Y así, mes y medio más tarde, a principios de este Noviembre, oí que una compañera de trabajo que colabora en una protectora se había llevado 3 gatos del recinto de la empresa porque iban a llamar a la perrera. Me iba a quedar con una de las peques, con India. Aunque de alguna manera la madre era la que a mi me llamaba. La había visto de lejos y parecía una gata encantadora, pero... prefería a un peque para poder criarla en casa. Hasta que unos días más tarde me dijeron que si no me importaría quedarme a la madre, que voluntarios para quedarse los gatitos habían muchos pero que nadie quería a la madre... Y así es como Naia acabó conmigo.
Naia es una gatita de entre 1 año y medio y dos. Cuando la recogieron estaba cerca de la anemia, otra vez preñada, tenía parásitos hasta las cejas y su futuro inmediato, de no haber sido rescatada, era el sacrificio. Naia es miedosa, se asusta con facilidad y apenas si está dejandose de comportar como si fuese una invitada temporal. Es zampona y aún estoy intentando encontrar la formula para darle la comida justa sin que me acose toda la noche pidiendo comida. Es por ella que he acabado en estos foros. Sabía que necesitaba aprender más sobre gatos. Aunque las mías habían vivido muchos años, sabía que habíamos cometido errores. Así que pululando pululando, llegué hasta aquí.
Naia, es mía. Pero no es mi gata. La amo con locura y a veces parece que me va a explotar el corazón de lo mucho que la quiero. Pero Naia ha elegido a mi compañera de piso como dueña. Tengo esa espinita clavada aunque no la resiento por ello. Me gustaría un segundo gato pero siendo realistas, ahora mismo no es posible. Yo soy la que cuida a Naia, pago sus facturas, limpio su arena, le pongo la comida... y no hay garantías de que yo pueda ocuparme de dos gatos. Así que, aqui estoy, con un gato al que amo con locura pero para la que no soy el amor de su vida. Lo acepto de buen agrado y sin poder evitar la sonrisa. Porque así son los gatos, dueños de si mismos, de ideas claras e imposibles de "comprar". Naia y yo no nos llevamos mal para nada. Simplemente es que está enamoradisima de mi compañera de piso. Hacemos esfuerzos para obligarla a relacionarse conmigo y con el resto de la casa. Porque si su amor no está en casa, Naia se queda en su habitación y no sale de ahi. Con el futuro -más bien lejano- en mente que un dia tengan que separarse, cuando no está, le cerramos la puerta de ese cuarto y así la obligamos a moverse por la casa y pasar un tiempo conmigo, para que me relacione con algo más que malos momentos -veterinario- y su comida. Quiero a Naia con locura y ella se fía de mi, pero simplemente no soy el amor de su vida. (cat)
Enfin, y hasta aquí este rollo macabeo que he tenido que recortar y recortar porque originalmente era aún más largo!
Encantada de conoceros!
(*se remira el post y se da cuenta de que sigue siendo un rollazo interminable* Lo siento!)
Hace ya unos cuantos días que estoy por los foros, pero ando en la parra y no me había ni presentado. (mala) Muy muy mal por mi parte.
Me llamo Alexandra, soy de Barcelona, acabo de cumplir 30 años (y tengo que decir que lo llevo fatal).
Tengo una gata adoptada desde mediados de Noviembre. Aunque no es para nada mi primera gata.
Desde siempre quise un gato, pero mi madre era de esas que dicen que "son más de perro". Pero yo insistiendo insistiendo sobre los 8 años logré una gata recogida de un descampado. Con ayuda de mi canguro y su familia mas o menos se la colamos a mi madre en casa. Para cuando le preguntamos, la gata ya estaba casi dentro de la casa, no se que habría pasado si mi madre hubiese dicho que no... Era Daisy, nuestra primera gata y con la que, desde luego, cometimos muchos errores por no tener ni idea de lo que hacíamos. Daisy era una gata afelpudada, mimosona, vaga y gooorda (8kg de gato). Una ceporrona. En broma a veces pienso que engordó simplemente para tener más barriga que rascarle. :mrgreen: La quería con locura y sin ella en mi vida yo no sería yo.
Daisy no estaba sola, a lo largo de los años llegaron Bast y Mini, la hija de Bast. Pero ella siempre fué la ama de la casa.
Por cosas de la vida con 22 años salí de mi casa y mi madre se fué a vivir en medio del monte. Querría haberme llevado a mis 2 gatas (la 3a era más de mi madre), pero no era posible. Y así, dejé de tener gatos. Siempre eche en falta tener uno, pensé que tal vez me acosumbraría a no tener, pero nunca ocurrió. Cada año que pasaba era peor, me faltaba algo y cada vez lo notaba más. Pero compartiendo pisos era imposible. Había que ponerse de acuerdo con otras 2 personas (4 pisos y 8 compañeros de piso en 8 años...). Hasta que en Agosto encontramos un piso mas grande y mucho más barato que sólo comparto con otra chica, con la que ya he estado en dos de los otros pisos y que también quería gato. Una vez mudadas ya estaba decidio que en cuanto apareciese un gato en el sitio y lugar adecuando se vendría a casa.
Y así, mes y medio más tarde, a principios de este Noviembre, oí que una compañera de trabajo que colabora en una protectora se había llevado 3 gatos del recinto de la empresa porque iban a llamar a la perrera. Me iba a quedar con una de las peques, con India. Aunque de alguna manera la madre era la que a mi me llamaba. La había visto de lejos y parecía una gata encantadora, pero... prefería a un peque para poder criarla en casa. Hasta que unos días más tarde me dijeron que si no me importaría quedarme a la madre, que voluntarios para quedarse los gatitos habían muchos pero que nadie quería a la madre... Y así es como Naia acabó conmigo.
Naia es una gatita de entre 1 año y medio y dos. Cuando la recogieron estaba cerca de la anemia, otra vez preñada, tenía parásitos hasta las cejas y su futuro inmediato, de no haber sido rescatada, era el sacrificio. Naia es miedosa, se asusta con facilidad y apenas si está dejandose de comportar como si fuese una invitada temporal. Es zampona y aún estoy intentando encontrar la formula para darle la comida justa sin que me acose toda la noche pidiendo comida. Es por ella que he acabado en estos foros. Sabía que necesitaba aprender más sobre gatos. Aunque las mías habían vivido muchos años, sabía que habíamos cometido errores. Así que pululando pululando, llegué hasta aquí.
Naia, es mía. Pero no es mi gata. La amo con locura y a veces parece que me va a explotar el corazón de lo mucho que la quiero. Pero Naia ha elegido a mi compañera de piso como dueña. Tengo esa espinita clavada aunque no la resiento por ello. Me gustaría un segundo gato pero siendo realistas, ahora mismo no es posible. Yo soy la que cuida a Naia, pago sus facturas, limpio su arena, le pongo la comida... y no hay garantías de que yo pueda ocuparme de dos gatos. Así que, aqui estoy, con un gato al que amo con locura pero para la que no soy el amor de su vida. Lo acepto de buen agrado y sin poder evitar la sonrisa. Porque así son los gatos, dueños de si mismos, de ideas claras e imposibles de "comprar". Naia y yo no nos llevamos mal para nada. Simplemente es que está enamoradisima de mi compañera de piso. Hacemos esfuerzos para obligarla a relacionarse conmigo y con el resto de la casa. Porque si su amor no está en casa, Naia se queda en su habitación y no sale de ahi. Con el futuro -más bien lejano- en mente que un dia tengan que separarse, cuando no está, le cerramos la puerta de ese cuarto y así la obligamos a moverse por la casa y pasar un tiempo conmigo, para que me relacione con algo más que malos momentos -veterinario- y su comida. Quiero a Naia con locura y ella se fía de mi, pero simplemente no soy el amor de su vida. (cat)
Enfin, y hasta aquí este rollo macabeo que he tenido que recortar y recortar porque originalmente era aún más largo!
Encantada de conoceros!
(*se remira el post y se da cuenta de que sigue siendo un rollazo interminable* Lo siento!)