lupitaquico
Usuario
Hola a tod@s,
me he apuntado al foro porque me gustaría encontrar un buen final a mi historia de gatos.
Hace un año decidí traerles una mascota a mis hijos, de 10 y 6 años, y recogimos un gato de la calle al que llamamos Quico. Se curaron sus heridas y magulladuras, y resultó ser un solete de gato, los niños le cogen como a un bebé, le acunan, le ponen a aplaudir y bailar... y él, ni miau. Cuando le castramos se recuperó en cuestión de horas, y siguió tan afable como siempre o más.
Yo ya no quería más gatos, pero un día, al arrancar un coche, vi caer a la carretera una bola peluda, que se tambaleaba mareada y herida. Había mucha gente mirando con pena, pero nadie la quiso coger. No me pude resistir y la llevé a casa. Era tan pequeña que le compré leche para gatitos, se la daba con biberón. Ella no quería, pero insistí y se la hice tomar cada tres horas. Lupita y Quico hicieron buenas migas desde el principio, ella incluso se ponía a chupar su pata, fingiendo que estaba mamando!!! .....eso hasta que llegó la operación....
Cuando Lupita se puso a dar saltos de película "Matrix" por las paredes del jardín -no exagero, caminaba por la pared y hacía cosas increíbles- decidimos que era hora de esterilizarla, porque en cualquier momento se podría escapar a la calle. Allí empezamos todos a sufrir.
El "estará como si nada en una semana" se ha convertido en más de un mes, y todavía no está como antes de la operación. El "no tendrá ganas de comer" se convirtió en varios dias jeringa en mano con la gata hecha polvo sin levantarse del suelo. La herida se infectó, no cicatrizó bien, y la tuvieron que volver a anestesiar y coser la piel más externa.
En todo este tiempo nos aconsejaron alejarla de Quico, para que no le lamiera la herida, y así lo hicimos, no sé si bien, o mal, porque ahora él no la reconoce, ni la quiere.
Hemos intentado las pautas de presentación, ponerles flores de Bach en el agua, y el Feliway.
Pero no funciona, es como si para él fuera una presa, como un animal de otra raza, un pájaro a algo así, porque en un par de veces que nos hemos descuidado la ha atacado a muerte. Los tenemos separados, pero él se queda acechando en su puerta como si de una presa se tratara, está buscando que se descuide para echársele al lomo, engancharla con sus uñas y morder.... ayer por la mañana lo hizo, y os aseguro que nos dejó a todos conmocionados por lo cruel que fue.
Tanto es así que he pensado en dar a Lupita, o a Quico -aunque los niños les adoran, a él especialmente, que es su peluche, aunque a veces les dé ganas de darlo por lo mal que se porta con Lupita. Ella no intenta apenas defenderse, es más pequeña y débil, por lo tanto sólo piensa en huir, o ir pegada a nosotros, pues sabe que la defendemos.
En fin... que no se cómo va a acabar esto....
Si quereis conocer a estos gatos, pasaros por el album de Lupita y Quico que acabo de crear.
Cualquier idea para un final feliz será más que bien recibida....
Saludos.
Carmen
me he apuntado al foro porque me gustaría encontrar un buen final a mi historia de gatos.
Hace un año decidí traerles una mascota a mis hijos, de 10 y 6 años, y recogimos un gato de la calle al que llamamos Quico. Se curaron sus heridas y magulladuras, y resultó ser un solete de gato, los niños le cogen como a un bebé, le acunan, le ponen a aplaudir y bailar... y él, ni miau. Cuando le castramos se recuperó en cuestión de horas, y siguió tan afable como siempre o más.
Yo ya no quería más gatos, pero un día, al arrancar un coche, vi caer a la carretera una bola peluda, que se tambaleaba mareada y herida. Había mucha gente mirando con pena, pero nadie la quiso coger. No me pude resistir y la llevé a casa. Era tan pequeña que le compré leche para gatitos, se la daba con biberón. Ella no quería, pero insistí y se la hice tomar cada tres horas. Lupita y Quico hicieron buenas migas desde el principio, ella incluso se ponía a chupar su pata, fingiendo que estaba mamando!!! .....eso hasta que llegó la operación....
Cuando Lupita se puso a dar saltos de película "Matrix" por las paredes del jardín -no exagero, caminaba por la pared y hacía cosas increíbles- decidimos que era hora de esterilizarla, porque en cualquier momento se podría escapar a la calle. Allí empezamos todos a sufrir.
El "estará como si nada en una semana" se ha convertido en más de un mes, y todavía no está como antes de la operación. El "no tendrá ganas de comer" se convirtió en varios dias jeringa en mano con la gata hecha polvo sin levantarse del suelo. La herida se infectó, no cicatrizó bien, y la tuvieron que volver a anestesiar y coser la piel más externa.
En todo este tiempo nos aconsejaron alejarla de Quico, para que no le lamiera la herida, y así lo hicimos, no sé si bien, o mal, porque ahora él no la reconoce, ni la quiere.
Hemos intentado las pautas de presentación, ponerles flores de Bach en el agua, y el Feliway.
Pero no funciona, es como si para él fuera una presa, como un animal de otra raza, un pájaro a algo así, porque en un par de veces que nos hemos descuidado la ha atacado a muerte. Los tenemos separados, pero él se queda acechando en su puerta como si de una presa se tratara, está buscando que se descuide para echársele al lomo, engancharla con sus uñas y morder.... ayer por la mañana lo hizo, y os aseguro que nos dejó a todos conmocionados por lo cruel que fue.
Tanto es así que he pensado en dar a Lupita, o a Quico -aunque los niños les adoran, a él especialmente, que es su peluche, aunque a veces les dé ganas de darlo por lo mal que se porta con Lupita. Ella no intenta apenas defenderse, es más pequeña y débil, por lo tanto sólo piensa en huir, o ir pegada a nosotros, pues sabe que la defendemos.
En fin... que no se cómo va a acabar esto....
Si quereis conocer a estos gatos, pasaros por el album de Lupita y Quico que acabo de crear.
Cualquier idea para un final feliz será más que bien recibida....
Saludos.
Carmen