Finalmente vamos a operar a Mía en su veterinario habitual, tenemos cita para el miércoles y ayer la llevamos para hacer el preoperatorio (electro y análisis).
En casa ella solita se metió al trasportín y en el coche estuvo callada, algo intranquila porque no le gustan los viajes, pero sin ponerse a chillar como hacía antes. Llegamos al vete y nos tocó esperar bastante. Durante la espera se portó relativamente bien… bufó a un perro enorme que se acercó a olisquearme y le pegó un manotazo a un bebé siamés que trataba de acercarse a ella… (pobrecito, era una preciosidad) pero bueno, estuvo tumbada en su trasportín, calladita y, aunque un poco mosqueada, más o menos tranquila.
Y por fin nos tocó entrar. Abrimos el trasportín y empezó a bufar y a gruñir… la vete sacó un bozalito para que fuera más fácil manipularla y nos costó dios y ayuda ponérselo, pero lo conseguimos. Seguía chillando como una loca y revolviéndose todo lo que podía. La vete renunció a hacerla el electro porque con lo alteradísima que estaba no iba a servir de mucho, así que preparó la aguja para el análisis. Tratamos de envolverla en una toalla para que no pudiera arañarnos. Mi padre y yo intentábamos agarrarla mientras las dos veterinarias buscaban la manera de sujetarle la cabeza y pincharla. Imposible. Revolviéndose consiguió quitarse el bozal y no sé cómo ¡se cargó la toalla!
Os pongo un video ilustrativo, no es ella claro, pero para que os hagáis una idea de cómo estaba la cosa…
http://www.youtube.com/watch?v=u0Ys0J4rvFQ
Total, que al final nos fuimos a casa sin preoperatorio y con un gato salvaje que no quiso saber de nosotros en un buen rato… Se pasó prácticamente el resto del día escondida en su trasportín y rehuyéndonos… Aunque por la noche ya estaba más sociable y aceptó jugar conmigo un rato y esta noche incluso ha venido a dormir a mi cama.
Ya veremos el miércoles que pasa. Decía la vete que tendrán que sedarla con dardos conforme entre por la puerta de la clínica (jeje), ya os contaré en que termina todo esto... (besos)
En casa ella solita se metió al trasportín y en el coche estuvo callada, algo intranquila porque no le gustan los viajes, pero sin ponerse a chillar como hacía antes. Llegamos al vete y nos tocó esperar bastante. Durante la espera se portó relativamente bien… bufó a un perro enorme que se acercó a olisquearme y le pegó un manotazo a un bebé siamés que trataba de acercarse a ella… (pobrecito, era una preciosidad) pero bueno, estuvo tumbada en su trasportín, calladita y, aunque un poco mosqueada, más o menos tranquila.
Y por fin nos tocó entrar. Abrimos el trasportín y empezó a bufar y a gruñir… la vete sacó un bozalito para que fuera más fácil manipularla y nos costó dios y ayuda ponérselo, pero lo conseguimos. Seguía chillando como una loca y revolviéndose todo lo que podía. La vete renunció a hacerla el electro porque con lo alteradísima que estaba no iba a servir de mucho, así que preparó la aguja para el análisis. Tratamos de envolverla en una toalla para que no pudiera arañarnos. Mi padre y yo intentábamos agarrarla mientras las dos veterinarias buscaban la manera de sujetarle la cabeza y pincharla. Imposible. Revolviéndose consiguió quitarse el bozal y no sé cómo ¡se cargó la toalla!
Os pongo un video ilustrativo, no es ella claro, pero para que os hagáis una idea de cómo estaba la cosa…
http://www.youtube.com/watch?v=u0Ys0J4rvFQ
Total, que al final nos fuimos a casa sin preoperatorio y con un gato salvaje que no quiso saber de nosotros en un buen rato… Se pasó prácticamente el resto del día escondida en su trasportín y rehuyéndonos… Aunque por la noche ya estaba más sociable y aceptó jugar conmigo un rato y esta noche incluso ha venido a dormir a mi cama.
Ya veremos el miércoles que pasa. Decía la vete que tendrán que sedarla con dardos conforme entre por la puerta de la clínica (jeje), ya os contaré en que termina todo esto... (besos)