¡Hola a todos!
Soy nueva en el foro y me gustaría compartir la experiencia que he tenido hoy con mi gato con vosotros y saber si alguien más se ha animado a hacerlo.
Tenemos un gato de 3 meses recién cumplidos (es mi primer gato) y varias veces al día tiene una actividad brutal. El otro día probamos de subirlo a la pequeña terraza que tenemos y le encantó. Por eso y para que se desfogara un poco pensamos en darle un paseo a ver qué tal su reacción... Así que le compramos el arnés a ver cómo salía la cosa.
Al llegar a casa dejé que se acostumbrase al olor del arnés, que lo toqueteara, etc. Me encargué de rociarle mi olor al arnés y luego el de su cuerpo para que no le resultase muy extraño... Y probé a ponérselo. He de reconocer que en este primer intento yo estaba un poco nerviosa y él se puso tenso... No dejaba de mordisquear el arnés... ¡hasta que me mordió a mí! Así que esperé a que estuviera más tranquilo, medio dormido, y se lo puse sin mucha dificultad. Eso sí, se despertó y andaba raro, se restregaba por el suelo y se ponía a dos patas moviendo las delanteras. Así que al ver que se sentía extraño lo distraje con algo de comida y lo volví a subir al patio, así no asociaba el arnés a algo malo... ¡y funcionó! Enseguida se olvidó de que lo llevaba puesto y estuvo hasta la tarde con él puesto andando tan normal. Y decidimos sacarlo.
La zona de mi casa hasta el parque lo llevé en brazos porque se asusta un poco al salir a la calle. Una vez allí lo bajamos al suelo (atado con correa, claro) y se quedaba muuuuy quieto. Al fin comenzó a andar, aunque a trozos, y siempre que podía se metía entre mis pies o se subía a mi falda cuando me agachaba. Estaba un poco nervioso pero no se portó mal ni tiró de la correa. Excepto cuando ya llegábamos a casa... estaba cansado, no dejaba de maullar y de quererse esconder en cualquier rincón de la calle, y comenzó a tirar de la correa. Como no lo podía calmar lo suficiente como para seguir andando lo llevé a cuestas el poco camino que quedaba.
Ahora, desde que hemos llegado lleva durmiendo prácticamente toda la tarde y toda la noche... ¡con la guerra que da siempre! Se ha despertado algunas veces para comer y beber, para mordisquearme un poco las manos y la ropa que estaba doblando, pero está que no lo reconozco. No me ha atacado ninguna vez para que juegue con él (mientras leo normalmente se me tira a los brazos para que le haga caso...) y ahora mismo lo tengo durmiendo en la falda. Supongo que es porque está exhausto (estuvimos cosa de una hora fuera), espero que no se encuentre mal...
Bueno, vaya rollo os he metido. ¿Creéis que se acostumbrará a salir? ¿Alguien saca a su gato? ¿Cuál es vuestra experiencia? Y ¿qué pensáis de esta actividad?
¡Gracias!
Soy nueva en el foro y me gustaría compartir la experiencia que he tenido hoy con mi gato con vosotros y saber si alguien más se ha animado a hacerlo.
Tenemos un gato de 3 meses recién cumplidos (es mi primer gato) y varias veces al día tiene una actividad brutal. El otro día probamos de subirlo a la pequeña terraza que tenemos y le encantó. Por eso y para que se desfogara un poco pensamos en darle un paseo a ver qué tal su reacción... Así que le compramos el arnés a ver cómo salía la cosa.
Al llegar a casa dejé que se acostumbrase al olor del arnés, que lo toqueteara, etc. Me encargué de rociarle mi olor al arnés y luego el de su cuerpo para que no le resultase muy extraño... Y probé a ponérselo. He de reconocer que en este primer intento yo estaba un poco nerviosa y él se puso tenso... No dejaba de mordisquear el arnés... ¡hasta que me mordió a mí! Así que esperé a que estuviera más tranquilo, medio dormido, y se lo puse sin mucha dificultad. Eso sí, se despertó y andaba raro, se restregaba por el suelo y se ponía a dos patas moviendo las delanteras. Así que al ver que se sentía extraño lo distraje con algo de comida y lo volví a subir al patio, así no asociaba el arnés a algo malo... ¡y funcionó! Enseguida se olvidó de que lo llevaba puesto y estuvo hasta la tarde con él puesto andando tan normal. Y decidimos sacarlo.
La zona de mi casa hasta el parque lo llevé en brazos porque se asusta un poco al salir a la calle. Una vez allí lo bajamos al suelo (atado con correa, claro) y se quedaba muuuuy quieto. Al fin comenzó a andar, aunque a trozos, y siempre que podía se metía entre mis pies o se subía a mi falda cuando me agachaba. Estaba un poco nervioso pero no se portó mal ni tiró de la correa. Excepto cuando ya llegábamos a casa... estaba cansado, no dejaba de maullar y de quererse esconder en cualquier rincón de la calle, y comenzó a tirar de la correa. Como no lo podía calmar lo suficiente como para seguir andando lo llevé a cuestas el poco camino que quedaba.
Ahora, desde que hemos llegado lleva durmiendo prácticamente toda la tarde y toda la noche... ¡con la guerra que da siempre! Se ha despertado algunas veces para comer y beber, para mordisquearme un poco las manos y la ropa que estaba doblando, pero está que no lo reconozco. No me ha atacado ninguna vez para que juegue con él (mientras leo normalmente se me tira a los brazos para que le haga caso...) y ahora mismo lo tengo durmiendo en la falda. Supongo que es porque está exhausto (estuvimos cosa de una hora fuera), espero que no se encuentre mal...
Bueno, vaya rollo os he metido. ¿Creéis que se acostumbrará a salir? ¿Alguien saca a su gato? ¿Cuál es vuestra experiencia? Y ¿qué pensáis de esta actividad?
¡Gracias!