Esta es Chispita, y claro que uds. no la conocen porque apenas lleva unos días en casa. Pero detrás de esta peluda hay una historia que quiero compartir: Hace muchos años, unos doce, uno de los alumnos de la escuela en la que doy clase, conociéndome como mascotera, se me acercó y me dio una bolita peluda blanca y negra que un infrahumano había abandonado. La michina era tan chiquita que no comía sola...corrí unas cuadras hasta mi casa de entonces y la dejé al cuidado de mi gata Dulcinea que ¡la amamantó! y como mi madre estaba sola, decidí llevársela. La castré pero...tuvo 4 pequeños y la castre de nuevo y fue la compañera de mi madre hasta que ella murió, entre las sombras de la demencia senil...casi sin reconocer a su Chispita...Como yo vivia en el campo y por temor a que se pierda, se la dimos con mi hermana a la señora que había cuidado de mi madre el último tiempo. Supe que estaba bien porque esa mujer adora a los animales. Pero murió hace unas semanas la pobre mujer, que era solita y cuando me dijeron que la gata quedó sola y sin casa, alimentada por los vecinos, me fuí una mañana estando todavía oscuro y a arañazos puros me la traje,apretada contra mi cuerpo porque no tenía transportín! sin contar nada a nadie en mi familia. QUÉ EMOCIÓN LA DE MIS HIJOS Y MI COMPAÑERO!!!!! Qué caras, por dios!!!!!
Hacía como cinco años que no la veíamos; volvió a su casa, porque yo ahora vivo en la casa que fue de mis padres. Chispita volvio a su casa, ahora son muchas las gordas peludas, Chispi reniega de lo lindo con las lokas, pero yo tengo desde esa mañana una sensación a la que me cuesta poner en palabras...sé que en este sitio me entenderan como nadie. Bueno amigos esta era mi historia, simple pero sentida, como todo lo que nos une a los animales, seres pura esencia, capaces de enfrentarnos con el amor en su dimensión más profunda. Gracias y disculpen por la extensíón del relato.