<div class='quotetop'>CITA(LOLAyCOPITO @ Mar 15 2010, 07:14 PM)
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Y las otras 2 tengo un poco de duda si darselas o no, son conocidos de mi novio y quieren el gato para sus hijas, pero claro el cuidado no lo van hacer sus hijas si no ellos y no se si son los mas convenientes. Si es cierto que al conocerlas digamos, les avisare, recalcare y me terminaran diciendo que soy una plasta. Pero quiero que tengan claro que si les pasa algo con lo gatos que no los quieran por lo que sea me los den otra vez, aunque sea dentro de 8 años.[/b]
Si me permites un consejo, Tamara (es tu nombre, ¿verdad?, es que no estoy muy segura), yo me pensaría mucho lo de dar un gatito a esos conocidos que los quieren para sus hijas. Ante todo, un gato o cualquier otro animal no es un juguete. Tenemos que tener esto muy claro y dejarlo muy claro a las personas a las que vamos a dar a nuestro gatito en adopción. Por experiencia propia te diré que un niño no es lo suficientemente responsable para cuidar de un animal. Estoy firmemente convencida de ello. Siempre tiene que haber un adulto que, en última instancia, SE RESPONSABILICE DEL BIENESTAR DEL GATO. Para mí, adoptar un animal es un acto de responsabililidad, ante todo.
Quizás parezca muy estricta, pero conozco casos en los que, al final, es pobre animalito sufre las consecuencias de la falta de responsabilidad (que, por otro lado, es totalmente comprensible) de los niños.
Mi gato León fue el regalo de cumpleaños que mi hermana hizo a mi sobrina, cuando ésta cumplió 9 años. He de decir que mi hermana no es una gran amante de los gatos, ni especialmente responsable (aunque sea mi hermana mayor). Así que cuando mi sobrina entró en mi casa para enseñarme al gatito (que tendría un mes y medio y era una preciosidad), me enfadé mucho. Yo entonces estaba cuidando al que entonces era el gato que había compartido su vida conmigo y que estaba muy delicado de salud (vivió sólo seis meses más) y yo no quería tener más gatos (precisamente por la responsabilidad que entraña tenerlos). No obstante, en cuanto vi a León, supe que acabaría siendo parte de mi vida, como así fue.
Para abreviar, te diré que muchas veces tenía que preguntarle a mi sobrina para saber si León tenía comida. La gran mayoría de veces se la acababa comprando y poniendo yo misma, así como la arena para sus deposiciones. A decir verdad, si no fuese por mí, no sé qué hubiese sido de León.
Finalmente, un día llegó a casa con una mordedura de perro en la pata (le dejaban la ventana abierta para que saliese al jardín). Debido a que la mordedura le dañó el nervio ciático, no se recuperó completamente, pero hace una vida completamente normal, aunque casera. A partir de entonces, mi hermana se "decidió" a dármelo en adopción.
Muchas veces pienso en la compañera de trabajo que "regaló" a mi hermana a este gato adorable de casi 9 años que está tumbado detrás de mi portátil mientras escribo estas líneas. La verdad es que estoy sumamente agradecida a esa persona, porque gracias a ella este ser maravilloso, al que adoro, comparte su vida conmigo. Sin embargo, si no hubiese sido por mí, su vida no sería, ni muchísimo menos, lo que es ahora.
Perdona la extensión de la historia, pero, siendo como son tus gatitos, a los que seguramente adoras y con los que estás muy unida, yo te instaría a que consideres muy bien a quién los das en adopción. La cuestión del contrato y el cuestionario, por otra parte, me parece muy buena idea.
Espero que tomes la mejor decisión posible.
Un abrazo.
(cat)